Primer telefono del mundo

Primer telefono del mundo

Thomas a. watson

Swammerdam demostró al Gran Duque de Toscana que el músculo de la pata de una rana se contraía en una convulsión eléctrica cuando se ponía en contacto con plata o cobre. Este fenómeno fue redescubierto más de un siglo después por Luigi Galvani (1737-1798), profesor de anatomía de la Universidad de Bolonia (Italia), que no conocía a su predecesor.
El 17 de febrero se publicó en el “Scots Magazine” una carta de un corresponsal con las iniciales C M en la que se predecía el telégrafo eléctrico y se sugería la forma en que podría funcionar dicho telégrafo. Proponía utilizar un cable aislado para cada letra del alfabeto y pasar una carga a lo largo de los cables para deletrear las palabras.
Don Francisco Salva, de la Academia de Ciencias de Barcelona, sugirió la comunicación eléctrica por medio de 44 hilos (un par para cada una de las 22 letras) cargados cada uno de ellos por una jarra de Leyden, cuyas combinaciones podían disponerse para indicar las distintas letras del alfabeto. Propuso que los hilos se aislaran por separado y se enrollaran en un solo cable. Describió experimentos en los que los cables se cubrían con papel recubierto de brea y se ataban entre sí, atando el conjunto con papel. Salva también sugirió que esos cables podían colocarse en tubos bajo tierra o bajo el mar.

Historia del teléfono

Gracias al inventor e innovador de Connecticut George Coy, la ciudad de New Haven puede reclamar una serie de “primicias” relacionadas con el desarrollo temprano del teléfono. Dos años después de que Alexander Graham Bell patentara por primera vez el revolucionario dispositivo de comunicación, Coy y su empresa habían puesto en práctica una serie de innovaciones -como la centralita y la guía telefónica- que definirían la forma en que el mundo entero llegó a utilizar el teléfono.
En enero de 1878, Coy puso en marcha la primera central telefónica comercial del mundo desde la sede de su empresa en New Haven, que permitía a los usuarios del teléfono acceder a múltiples destinatarios a través de una centralita. Antes de que la central de Coy entrara en funcionamiento, las dos partes que deseaban conversar por teléfono tenían que tener sus teléfonos directamente conectados entre sí. Dado que la conexión directa de cualquier teléfono a múltiples hogares y empresas era una operación cara y engorrosa, los teléfonos eran costosos y poco prácticos para la mayoría de la gente. Su uso inicial se limitaba a las empresas prósperas y a los domicilios particulares de los curiosos y ricos de la tecnología. Pero la centralita de Coy cambiaría esto en relativamente poco tiempo. Al utilizar la centralita de Coy, las personas que llamaban sólo necesitaban una línea instalada entre su teléfono y la oficina central de la New Haven District Telephone Company, porque desde allí, un operador podía transferir su llamada a cualquier otra parte de la centralita de Coy.

Alexander graham bellinventor

La primera llamada telefónica internacional del mundo se realizó en este día de 1881 entre St. Stephen, New Brunswick en Canadá y Calais, Maine en Estados Unidos. El primer teléfono de cuerda fue inventado por Robert Hooke en 1667, que transmitía sonidos a través de un cable extendido mediante vibraciones mecánicas. En 1844, Innocenzo Manzetti propuso la idea de un telégrafo parlante, que pasó a llamarse teléfono. En 1854, Antonio Meucci demostró en Nueva York el primer aparato eléctrico accionado por voz.
El 10 de agosto de 1877, Alexander Graham Bell realizó la primera llamada de larga distancia entre Brantford y París a través de una línea telegráfica. A Bell se le concedió la patente de su teléfono electromagnético y la revista Scientific American publicó la misma atribuyéndole la invención.
Ese mismo año, la primera empresa comercial entró en el negocio del teléfono cerca de Berlín. En 1878, Bell hizo una demostración del teléfono ante la reina Victoria, tras lo cual se estableció la primera conexión telefónica permanente entre dos empresas de Manchester.

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Mientras que los inventos de algunos inventores se pierden en la bruma del tiempo sin dejar huella en la historia, las invenciones de algunos inventores son lo suficientemente potentes como para cambiar todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. La invención del teléfono también supuso una transformación de este tipo. Hoy en día, estamos pegados a nuestros teléfonos, con los que podemos hacer fácilmente muchos recados, y nuestros teléfonos nos acompañan en todo momento y en todos los aspectos de nuestra vida.
La invención del teléfono por Alexander Graham Bell en 1876 fue un acontecimiento que cambió el mundo y supuso un gran avance en las comunicaciones. Antes de la invención de Bell, el método más rápido para enviar un mensaje era utilizar el código Morse a través de las líneas telegráficas. Sin embargo, no había forma de transmitir la voz de una persona a través de un telegrama. Antes del telégrafo, que se consideraba un método innovador en su época, los mensajes urgentes debían enviarse con jinetes de despacho, palomas, barcos o a través de señales de humo.
El científico escocés Bell dedicó toda su vida a la educación de los sordos. Por otra parte, trabajó en el desarrollo del telégrafo para ganar dinero. Durante sus experimentos, escuchaba las vibraciones del sonido reflejadas en el cable que tendía entre dos habitaciones. Gracias a sus amplios conocimientos sobre el oído humano, sobre cómo amplifica las vibraciones y los cables, Bell se dio cuenta de que era posible transmitir la voz humana. Sus estudios y esfuerzos dieron resultados y solicitó la patente del teléfono como nuevo medio de comunicación. A Bell se le concedió la patente que había solicitado, el 7 de marzo de 1876. Tres días después, se realizó la primera llamada telefónica. Mientras Graham Bell, el inventor de este nuevo invento, estaba en un extremo, el ingeniero eléctrico Thomas Watson, que ayudó a Bell a inventar el teléfono, estaba en el otro. La primera conversación por teléfono fue la siguiente “¡Sr. Watson! Venga aquí. Quiero verle”.