Cómo dirigir de forma eficiente una discusión familiar

Para evitar que un conflicto familiar se enquiste hasta el grado de tener que llevar el caso ante un Juzgado, la figura del abogado especializado se convierte en una alternativa para llegar a acuerdos igualitarios y beneficiosos que lleven a un resultado menos doloroso.

La familia es la base de la sociedad. Sin embargo, hay que reconocer que las relaciones entre los miembros de la familia pueden resultar muy complicadas.

Temas como separaciones, custodias o herencias pueden acabar en largos procesos judiciales en los que nadie parece querer llegar a un acuerdo o ceder. Esto hace que las dificultades se prologuen dejando una herida muy grande que nunca cicatriza, en especial en personas vulnerables, como es el caso de los niños en temas de custodia y pensiones.

¿Hay alguna opción que ayude a evitar que estos conflictos lleguen a agravarse? Gil Lozano Abogados destaca una figura que se ha convertido en fundamental para estos casos.

La figura del abogado de familia

Para evitar tener que llegar a un juez que trate de resolver problemas familiares si no llega a un acuerdo entre las partes, lo mejor es acudir a un abogado de familia.

El trabajo del abogado consiste en llegar a la resolución de conflictos a través de acuerdos que beneficien a ambas partes, al utilizar para ello soluciones adaptadas a la situación y las personas.

El abogado es un guía, y su labor es proporcionar las herramientas para que el conflicto pueda resolverse en buenos términos para todos y, en especial, en el caso de haya hijos menores que puedan verse afectados.

Que este profesional pueda ayudar en la resolución de los problemas no quiere decir que sea él quien tome las decisiones. Al contrario, son los propios implicados los que deben poner de su parte para conseguir los resultados esperados.

Qué hace el abogado

El abogado de familia no toma las decisiones finales, pero es un apoyo gracias a las diferentes funciones que cumple.

Función informativa

Se encargará de reunir a los implicados y ponerles al día sobre las gestiones a realizar y el proceso que se llevará a cabo. Resolverá las dudas y les mostrará en qué beneficia a la familia el llegar a un acuerdo entre ellos sin tener que llegar a un juicio.

Este mismo profesional necesita información relacionada tanto con los miembros de la familia implicados como sobre el tema que les ha llevado a este conflicto sin resolver.

Durante las sesiones, el abogado de familia recabará la información más importante que le ayude a poder realizar su labor de forma profesional.

Cambio de perspectiva

Al ser una persona neutral dentro del conflicto, el abogado puede ver la situación desde otro punto de vista y ofrecer una perspectiva más positiva. Esto ayudará a crear un clima más tranquilo, donde poder conversar y que cada implicado pueda exponer sus sentimientos siendo escuchado y comprendido.

Dirigir la conversación

Al dirigir la conversación hacia un tono más empático y comprensivo, el experto en familia ayudará a que los implicados puedan proponer sus propias soluciones para resolver el problema y ayudarles a entender cuáles son las consecuencias de cada decisión.

Conseguir un acuerdo

Lo más importante ante un conflicto familiar, es lograr que las partes lleguen a un acuerdo que facilite acabar con el conflicto de forma amistosa y con beneficios igualitarios para todos.

Este acuerdo se pondrá por escrito de forma clara y los implicados deberán entender bien lo que deben hacer para cumplir con su parte.