Equilibrio emocional y mental

La importancia del equilibrio emocional

Las emociones son lo que sentimos de verdad sobre las cosas. Todos experimentamos sentimientos agradables y desagradables en nuestras vidas. El equilibrio emocional consiste en conseguir el equilibrio entre los sentimientos agradables y los desagradables, al menos la mayor parte del tiempo, para que podamos tener un bienestar mental positivo.

Un sentimiento de estar traspasado y abrumado por la grandeza o la bondad a gran escala, ya sea por la naturaleza o la humanidad, que nos obliga a vernos como parte de algo más grande que nosotros mismos.

Observa cada una de estas diez emociones positivas y piensa qué cosas de la vida hacen aflorar estos sentimientos en ti. Todo el mundo experimenta sentimientos agradables por diferentes razones. Así que no podemos decirte qué cosas te alegran o te serenan o te interesan, etc. Sólo tú lo sabrás.

Es fácil pensar que las emociones positivas sólo nos ocurren como resultado de crear o conseguir lo que queremos en nuestra vida. Pero no son sólo la guinda del pastel de una gran vida. Las emociones positivas pueden ayudarnos a crear nuestra mejor vida. Esto se debe a que ayudan a abrir nuestra mente, a aumentar nuestros recursos personales y a deshacer los efectos negativos del estrés.

Cómo lograr el equilibrio mental

¿Alguna vez te has acercado a un nuevo año pensando que éste va a ser mi año, con la misma pasión que sentías al saber que pronto te quitarían los aparatos y que te transformarías instantáneamente en la versión más sexy de ti mismo en la escuela media después de esa esperada visita al ortodoncista? O alguna vez has terminado un año pensando, bueno… ese NO fue mi año.He estado en ambos extremos del espectro, y estoy segura de que tú también.

Después de más de dos años intensos de trabajo personal -mediante la meditación, la modificación de mi dieta para sanar mi intestino, la práctica de yoga, la curación activa de mi niño interior, el abandono de las redes sociales y el alcohol, y la exploración de diferentes formas de autocuidado y la búsqueda de lo que funciona para mí- finalmente he llegado al lugar de saber que cualquier desafío que los años futuros me traigan, puedo enfrentarlos con un sentido de equilibrio emocional y mental que he pasado tiempo y energía cultivando.

Lo sé, lo sé, todo el mundo te dice que lo hagas. Es molesto, ¿por qué no dejan de hacerlo de una vez? Alerta de spoiler: “ellos” no paran porque funciona. Tuve amigos (y un terapeuta) que intentaron convencerme de que meditara durante años, y estaba segura de que nunca cedería a ese hippie-dippie. Pero hace un par de años, llegué a un punto de desesperación y pasé un mes entero meditando durante 30 minutos cada día. Los resultados fueron tan tangibles que la meditación se convirtió en una droga que nunca quise dejar.

¿por qué es necesario el equilibrio mental y emocional? ¿cómo podemos conseguirlo?

La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta a la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando nos enfrentamos a la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la infancia y la adolescencia hasta la edad adulta y el envejecimiento.

También es importante reconocer cuándo se necesita ayuda. La terapia de conversación y/o los medicamentos pueden tratar los trastornos mentales. Si no sabes dónde obtener tratamiento, empieza por ponerte en contacto con tu proveedor de atención primaria.

Ejemplos de equilibrio emocional

El equilibrio emocional es la capacidad de la mente y el cuerpo para mantener el equilibrio y la flexibilidad ante los retos y los cambios. El equilibrio emocional favorece la salud física y es un requisito previo para el bienestar y el crecimiento personal.

Lo que experimentamos como nuestra mente está formado por nuestros pensamientos y emociones, y nuestra felicidad depende de que nos mantengamos en un estado mental/emocional equilibrado. Todos experimentamos pensamientos y emociones negativas de vez en cuando, pero si permanecemos en cualquier estado durante demasiado tiempo, perdemos la capacidad de volver a nuestra posición equilibrada y neutral.

Podemos encontrarnos “atrapados” en cualquier número de estados negativos, como la ira, el miedo, la preocupación, la disociación, el autosabotaje o la depresión; la agitación, la impulsividad, la ansiedad, los ataques de pánico y los problemas de sueño, la falta de impulso y motivación, o la escasa concentración. Estas emociones atascadas discurren justo por debajo del nivel de conciencia, intangibles pero a menudo abrumadoras. Estas emociones incómodas pueden dominar nuestro proceso de pensamiento y dar lugar a reacciones inapropiadas que merman nuestra capacidad para dar lo mejor de nosotros mismos.